Pelea en busca de un nombre (Tenshi and Sasuke)

Eran más o menos las diez de la noche yo había recibido información de un grupo de vampiros que estaban atacando en el bosque. Tuve que ir a investigar rápidamente, tanto que solo me dio tiempo de salir por la ventana de mi cuarto tomando a Kuroyami y un abrigo que había en una silla.

Al llegar comencé a perseguir al grupo de vampiros y ese lado sádico mio se encargó de eliminarlos uno a uno dejando sangre regada por todos lados y a mi manchada con ella. Me miré a mi misma, mis ojos habían cambiado de color en ese momento y eso yo lo sabía, mi respiración era agitada y la sangre había salpicado mi rostro , por lo que me relamí la comisura de los labios.

La escena seguramente era algo siniestra, conmigo manchada de sangre en medio de un montón de cadáveres de vampiros, con esos ojos de un tono de naranja entre rojizo brillando en la obscuridad. Aún a pesar de que ya había eliminado a todos, yo tenía ganas de seguir viendo la sangre correr, me quedé allí con la electricidad corriendo libremente a mi alrededor.

Por alguna razón sentía una presencia acercarse, pero no una presencia cualquiera, yo la conocía y mi "otro yo" quería ver la sangre de este mezclada con la que yacía en el suelo y que también me manchaba.

Estaba en el bsoque ya que me había salteado las clases nocturnas, cuando senti la presencia de alguien bastante conocido para mi. Kanade, con la cual había quedado que pelearía, hoy era la noche perfecta.


La divisé a lo lejos, siniestra, con esos ojos anaranjados y los cadaveres y la sangre a su alrededor...no era la misma.

-Buenas- me puse enfrente de ella.

-¿Buenas? -le pregunté mirándolo mientras una vez más relamía la sangre que había manchado mis labios hace apenas unos momentos. Me imaginaba a mi misma, toda manchada con sangre. - Vete de aquí vampiro -hablé otra vez.

Sabes que quieres... hoy tienes a kuroyami, lo acabaras fácil Si... lo se. Hablaba con mi mente como si de planes siniestros se tratase, y era así. Sonreí de forma algo desquiciada sin quitar la mirada , ese mirar loco que a veces se formaba en mi, de encima suyo. Ahora él sería mi presa.

La miré extrañado, ella se estaba comportando raro y eso me sacaba de quicio -¿Y si no quiero irme?, además quiero ver a Kuroyami- dije tratando de calmar un poco las cosas, ya que se la veía muy sobrexaltada.

Me paré delante de ella, y sonreí -¿Pensaste el nombre que le pondrás a mi katana?- susurré mirándola fijamente y notando que sus ojos no eran iguales que siempre, brillaban y mucho, como si fuera un vampiro; pero en vez de rojo su color era anaranjado.

Creo que no es muy conveniente que justamente ahora la molestes el razonamiento de mi mente habló, pero yo hice caso omiso.

Le miré acercarse más a mi, y sonreí de medio lado bajando el mirar al suelo, al tenerlo cerca hice que la electricidad corriera a mi alrededor y nos envolviera a ambos, sin que lo tocara a él.

-Un nombre... -susurré con un deje de demencia en mi voz y levantando el mirar hasta fijarlo en sus ojos negros - ¿Crees que ahora quiero ponerle un nombre a tú katana? -le pregunté y solté una risa algo desquiciada, el filo de mi guadaña se apoyaba en el piso, y la electricidad nos envolvía a ambos , haciendo brillar más mis ojos, ahora algo anaranjados.

Ambos estábamos rodeados por su electricidad, definitivamente Kanade no era la misma que siempre -Kanade...- susurré al escuchar sus palabras y al sentir la electricidad y las chispas correr por nuestros cuerpos.

Logré separarme de ella y el contacto eléctrico se rompió, caí en el suelo y la miré nuevamente creo que no está peleando como acordamos, al parecer quiere atacarme realmente habló la voz de mi razón y yo seguía anonadado por su actitud y ... sus ojos -¿Qué pasa?- pregunté casi inconscientemente.

-Qué pasa... que me pasa -repetí con un tono bajo de voz, entonces los colores de mis ojos se alternaron con los normales y ese raro anaranjado -Sasuke... -le dije mirándolo como implorando que se fuera pero solo por un instante pues seguido fruncí el seño y levanté mi guadaña en alto mirándolo con algo de locura - ¡Hoy es tú último día en esta tierra vampiro! -le dije antes de abanlanzarme hacía él y tratar de clavarle la guadaña pues él estaba en el piso.

Noté que de un momento para otro su rostro cambió y volvió a la normalodad, pero así de rápido se fue nuevamente y entró en la locura.

Ahí fue que entendí lo que le pasaba...su mente la estaba atacando, era su otro yo; y no la iba a dejar sola en ese momento, iba a hacer lo posible para que vuelva a la normalidad.

Esquivé el arma, e intenté hablarle como lo habíamos hecho aquella vez, para ver si reaccionaba y volvía a la normalidad.

-Kanade...¡Tienes que ponerle un nombre a mi katana!- traté de decir mientras esquivaba sus ataques.

Lo oí hablar , el intentaba que yo volviera a la normalidad. Hablando con ese tono tan suyo. Yo peleaba con mi mente tratando de dejar de atacarlo pero no podía , el lado sádico que tenía me estaba ganando por mucho.

-¡Deja de molestar y ríndete de una maldita vez! -le dije mientras el filo de mi guadaña y la de su katana chocaban y ambos nos mirábamos el uno al otro fijamente ejerciendo fuerzas - Lo... siento -salió de mi boca mientras los colores de mis ojos alternaban otra vez.

¿Qué crees que haces ? ¡Matalo! ¡Mátalo!

Estábamos ejerciendo fuerzas, cada uno con su arma...pero cuando ella dijo Lo siento sentí como si se me oprimiera el pecho, ella realmente estaba sufriendo porque no quería hacer lo que estaba haciendo.

Seguí intentando hablar -¡Kanade, nieve!- cambié tratando de que nuevamente recuerde y vuelva a la normalidad, como tanto me agradaba.

-¡Qué importa eso ahora! -me aparté dando un salto hacia atrás mirandolo desafiante- ¡ahora lo que importa es que tu sangre corra ! -le volví a hablar yendo hasta él con la electricidad de kuroyami a mi alrededor.

Dale un golpe certero... solo disfruta de todo oí a mi mente decirme mientras trataba de clavarle la guadaña en el pecho.

Mientras tanto, yo esquivaba su arma, llena de electricidad. No sabía cómo hacer para que vuelva a la realidad, hasta que en una esquina vi algo de nieve...había quedado de aquella tormenta de hacía dos días; había un poco bajo cada árbol...fue entonces que una idea loca paso por mi cabeza.

O muero, o vuelve a la normalidad pensé mientras veía los riesgos que hacía al enojarla de la manera que la iba a enojar.

Tomé un poco de la nieve -Ey, Kanade mandona- llamé su atención para luego lanzar la bola de nieve directo a su cara.

Espero que sirva de algo...

Noté lo que quería hacer y no pude evitar quedarme parada sin moverme, y luego al ver la bola de nieve solo interpuse a Kuroyami para que esta no me acertara en el rostro. Sentí como no pude controlarme, el había bajado su guardia entonces fui corriendo hasta él y alcé mi guadaña en alto para intentar darle un último golpe, pero cuando kuroyami quedó a un cm del rostro del pelinegro yo me detuve.

Mis manos comenzaron a temblar y las lágrimas a caer de mis mejillas a la par que yo me arrodillaba en la nieve frente a él. ¿Por qué te detienes? ¡CALLATE! ¡Cállate! ordené a esa voz en mi cabeza.

Me autoabracé a mi misma, temblando. Ultimamente con cada masacre de vampiros yo perdía el control y eso era algo malo. -Me estoy perdiendo a mi misma... -susurré muy, pero muy bajo entre pequeños sollozos.

Al ver que había vuelto a la normalidad, no pude evitar sonreir; pero luego eso se rompió y mi pecho volvió a oprimirse cuando la vi llorar.

No podía hacer nada por ella, más que consolarla...solté la katana y la alejé, la estreché a mi pecho y la abracé fuertemente mientras acariciaba su cabello -Ya...tranquila- susurré a su oído mientras esperaba a que se calmara.

Sentí que me abrazaba pero no me aparté de él, sin más hundí mi rostro en su pecho. No podía dejar de pensar que ya no podía controlarme a mi misma - No tú no entiendes.. -le dije sin apartarme de él, mis mejillas estaban mojadas por mi llanto y también manchadas con sangre de la pelea anterior a la nuestra - No puedo controlarme a mi misma... no puedo Sasuke -rompí en llanto otra vez. Haz vivido con esto toda tú vida ¿piensas que él lo solucinará? Niña tonta...

Levanté su rostro con mi mano y limpié sus lágrimas y la sangre; la miré a los ojos y sonreí dulcemente -El controlarte es algo que lo haces tu, y nada más que tú- susurré -Tu otro yo es el rencor que tienes, es lo que indica que estás sufriendo- agregué -La única forma de que puedas controlarte es ser quien tu quieres ser, no lo que tu debes ser- terminé.

Hay una diferencia muy grande entre ser lo que quieres, y ser lo que debes.

-No puedo... -le dije mirándolo - Hago lo que me piden... ordenan -corregí al final y bajé el mirar.Mi mente estaba tan confundida y yo aún seguía sollozando levemente. -Cuando veo la sangre correr... simplemente pierdo el control, no puedo razonar -confesé sin mirarlo a los ojos.

-Tu eres quien eres, no debes dejarte ordenar por nadie- agregué -No tienes porque ver sangre- terminé -Tu y yo sabemos que no te gusta ser cazadora, que no te interesa la venganza...entonces ¿Por qué lo haces?, ¿Qué te interesa lo que digan? Eres libre de hacer lo que quieras; la vida es corta y es una sola como para que andes de aburrida haciendo lo que te ordenan- dije para concluir y luego volver a abrazarla.

Me quedé en blanco al oir sus palabras Tiene razon... me dije a mi misma y luego sentí que me volvía a abrazar. Eso... era tan reconfortante, y para mi tan extraño. Nadie nunca se había preocupado en decirme algo así.

Disfruta, algún día volverá a pasar, no eres fuerte para soportar... ignoré esa voz y solo me quedé muy quieta hundiendo el rostro en el pecho del azabache.

-Pero... no puedo ir en contra de mi clan -le dije sin romper el abrazo - Me cazaran a mi también... -confesé algo que no le había dicho a nadie nunca en mi vida.

-Demuéstrale a tu clan que eres fuerte, no tienes porque obedecerlos si no te gusta lo que hacen- dije a su oído para luego acariciar su cabello -Ademas...no dejaré que nadie te haga daño- dije muy bajo, casi inaudible mientras seguía abrazándola, sabía que ella era dulce y buena.

Me quedé de piedra al oir lo último que dijo no dejaré que nadie te haga daño Me aparté solo lo necesario para verlo a los ojos.

-¿Por qué querrias protegerme? -le pregunté

Le miré con una sonrisa ante su pregunta...pero esta vez era esa sonrisa risueña que le solía mostrar a ella todo el tiempo días atrás -No lo se...solo siento que es lo que debo hacer- agregué -Y no me molesta seguir mis sentimientos- terminé aún mirándola con esa sonrisa que me caracterizaba cada vez que "hablaba/la molestaba" a ella.

Le miré sonreir, con esa sonrisa risueña que él tenía.

-Seguir tus sentimientos... -susurré mirándo sus ojos otra vez - Suena... suena bien -sonreí, y por primera vez sonreí de forma sincera. Como si él fuera él único capaz de hacer que yo hiciera tal cosa.

No pude evitar quedar prendido a aquella sonrisa que me había brindado la chica, era sincera y dulce -Me alegra que lo hagas- sonreí al igual que ella. Estaba muy feliz de que ella se dedicara a dejar de sufrir y yo la ayudaría para aquello.

Le miré detenidamente, ahora que había aceptado tal cosa muchas cosas pasarían, cosas que ciertamente no serían buenas.

-Vendran a por los dos... -le dije bajando el mirar. Yo conocía mi clan y sabía que nos perseguirían a ambos. A mi por traición y a él por el simple hecho de ser un vampiro - No se detendran hasta ver el final de ambos -me aparté de golpe de él - Será mejor que tú y yo no nos veamos... -le dije. Ahora por alguna razón me preocupaba él.