Instinto [Público~]

Spoiler:

Quizá no debía estar ahí.

Todo comenzó un día atrás, cuando recibí una carta escrita a puño y letra de mi abuela. Empezaba, como siempre, con las dulces palabras suaves y llenas de ternura con las que mi abuela solía comenzar las cartas que iban destinadas a mi; no obstante, tres líneas más tarde comprendí que esta vez, solo era una máscara para ocultar su pedido luego.
Una hora después de leerla y releerla me vi a mi misma haciendo las maletas para partir a hospedarme por casi dos días en el hotel junto al casino. Si mal no me informé, sé que ambos están juntos.

Como sea, nomas al llegar me di cuenta de que, a pesar de haber decidido tomar un tiempo lejos de mi familia, eso no significaba abandonar los cargos y responsabilidades de ser el cabezal. Y eso incluía, también, eliminar personas que tal vez le harían daño a la 'famiglia'.

Al ver a las personas sospechosas a mi alrededor, en cuanto bajé el vestíbulo del hotel me decidí por ir al casino. Me escurrí por las puertas de dos piezas y entré, disimulando e intentando que no noten mi edad. Chance y me descubren por ser menor de edad y encontrarme dentro de un casino ilegalmente.

Fue entonces, cuando un hombre corpulento me cortó el paso en el que me repetí que quizá no debería haber bajado a investigar sin mis guardias.

Y quizá, de nuevo, no debería estar aquí.

Estaba haciendo una de mis rondas de trabajo esporádico en aquel lugar, simplemente me habían contratado una o dos semanas para suplir a un camarero que estaba enfermo y de baja, y pues claro, detrás de eso había el trasfondo de mi verdadera misión si así se les desea llamar.

Vestía de uniforme, pantalones negros y chaleco del mismo color con una camisa blanca debajo, no me gustaba estar vestido así, pero si era necesario no podía hacer otra cosa. Entonces noté que habían algunas personas enfrentándose a una chica que me pareció bastante conocida; en efecto, era Uni.

Me acerqué a ellos de manera serena.

─ No deberían de estar fastidiando a una chica indefensa, ─ les dije colocándome entre ellos y la chica pelinegra, ─ no es necesario armar un alboroto por nada, ─ comenté con una sonrisa propia de mi ahora.

-¿Que haces aquí?- Cuestionó aquel hombre, con voz grave e imponente. Di un paso hacia atrás, con la mano cerrada sobre el pecho y mirándole fijamente. No sabia defenderme, no, no lo sabia y sinceramente, tenia algo de miedo. Además, aquel presentimiento extraño me decía, por la mirada de aquella persona, que no era alguien que controlase exactamente quien entre ahí. Sino que era uno más de los clientes que, solo tal vez, me haya reconocido.

Otras personas aparecieron detrás de él, tal como un séquito y ahí, en medio, me enderecé y no dejé que se refleje el temor por medio de mis acciones.
Antes de que pudiera pronunciar alguna palabra en mi defensa, alguien se interpuso en la distancia que me separaba de las otras personas. Musité un gracias por lo bajo y reconocí que Hei era aquélla persona.

Miré de reojo a la chica detrás de mi, parecía y estaba indefensa, lo cual era raro considerando la verdadera naturaleza de su familia pero, quizás ella había querido explorar, una idea bastante mala a mi parecer.

No pude pensar mucho, al momento en el que comencé a esquivar golpes de uno de esos tipos fastidiosos; seré sincero, no quería ni podía golpearlos, después de todo se supone que yo soy un simple camarero así que, solo me concentré en esquivar y hacer que su defensa cayera de a poco, esto era aburrido.

Estupefacta y mientras observaba la situación, decidí, en cuestión de segundos, girar y correr algo lejos y esconderme detrás de la mesa donde reposaban las copas.
Quizá era egoísta dejar a Hei peleando contra aquellos, pero no era una idiota y tenía claro que, seguramente, sería una molestia quedarme en el medio de ahí.
Entonces, me agaché y observé un poco más, esperando que todo se calmara. Fue cuando, unos minutos después, arribaron mis guardias y los aires se calmaron.