¿Perdido? (Mio and Zero)

Correspondí a aquel abrazo que lograba reconfortarme...pero al recordar algo, toda mi mente dio un giro El es un cazador.

-Zero- sollocé -No quiero...No me gusta- dije tal como una niña pequeña y me separé de él para cerrar mis ojos fuertemente -¡No quiero ser una vampiresa!- exclamé algo que retumbó por todo el lugar mientras las lágrimas seguían saliendo. Eran años, muchos años en los cuales no había llorado y todo salía frente a él en ese momento.

Me sorprendí mucho cuando se separó de mi y gritó tal cosa. No supe que decirle La comprendes bien, tú no quieres ser un cazador , ella una no quiere ser una vampireza... Silencio, ordené a esa voz que me acosaba .

-Mio... -susurré - No..no puedes cambiar... tú eres quien eres -le dije mirándola llorar, parecía descargar todo de golpe en ese momento frente a mi, como si no hubiera llorado hace mucho tiempo.

Tú quieres cambiar también... admítelo.

-Ya se que no puedo cambiar- susurré, pero en ese momento mi mente me estaba torturando de tal manera que me hacía imaginar lo peor -Pero...¿Y si te hago daño? Ya ni se si podré controlarme dentro de un tiempo- dije mirándolo a los ojos, ya habiendo dejado de llorar.

Tenía miedo...pero no era lo mismo que antes, mis sentimientos habían cambiado. No era el hecho de ser vampiresa lo que me molestaba ahora, sino que tenía miedo de morder a Zero, dañarlo o que le pase algo malo por mi culpa. Desde hacía unos días, mis sentimientos iban en torno a él, realmente lo quería y debía admitirlo.

-¿Por qué? -pregunté y luego medité otra vez mis palabras y las de ella -¿Por qué te preocuparias por mi? ´-Tal como tú te preocupaste por ella hace un instante - Se cuidarme y no te tengo miedo -le hablé firme


Vamos niño, tú no le tocarías ni un pelo mi mente tenía tanta razón, no la tocaría jamás.

Se cuidarme y no te tengo miedo esas palabras me tranquilizaron de alguna forma -Entonces, prométeme que si llego a intentar hacerte daño, tu harás lo mismo conmigo- lo miré suplicante.

-No me perdonaría hacerte algo- bajé la mirada -Tu eres un cazador y yo una vampiresa, tu deber es defenderte de mi, mi naturaleza, aunque no la quiera es matar.

-¡No! -le respondí casi automáticamente y luego me mordí el labio inferior por la respuesta que le había dado.¿Qué crees que dices? ¡SI QUIERE MORIR MÁTALA! ¡SI TE ATACA DEFIÉNDETE! palabras... palabras molestas.

-Tú .. tú no me harás nada, no está en tí hacer eso -le dije con tono suave buscando tranquilzarla, pero en cambio ella parecía no calmarce si no impacientarse más.

-Eso no lo sabemos, ninguno de los dos; los vampiros son criaturas malignas, generalmente no van en destino contrario a su naturaleza- en un pequeño movimiento de tranquilidad apoyé mi cabeza en su re confortable pecho -Pero haré todo lo posible para que aquello no pase.

Tenía dos opciones, creer en mi e ir en contra a los instintos de un vampiro o alejarme de él y dejar que el hecho de ser un vampiro me consuma hasta el nivel en el que necesite sangre para sobrevivir.
La segunda, era totalmente imposible para mi...alejarme de él...solo pensar eso hacía que se me oprima el pecho, así que decidí cumplir con la primer opción.

Sin salir de la posición en la que estaba cerré mis ojos -Perdón- no sabía por qué lo decía, solo sabía que mi mente pedía disculpas y por primera vez, le hice caso a ésta.

Suspiré al oir sus palabras pues eran ciertas... Demasiado diría yo[ ¿Qué pasó con Zero? oí a mi mente decir y suspiré algo pesado. Seguido sentí que se apoyaba en mi pecho, no pude evitar llevar mis manos a su cabello y luego aspirar el aroma que despedía.

-Se que no me harás nada -Convéncete de eso niño tonto -Y si pasara algo, yo buscaría la manera de hacerte entrar en razón -le dije e improvisé una sonrisa confiada mirándola directamente a los ojos, ahora rojos pues la luz de la luna se posaban en ellos.

La acerqué a mi y la abracé nuevamente, había pedido perdón y no había motivo alguno Bebió sangre , a pesar de ser de otros vampiros deberías haberla acabado ya! -No hay por que pedir perdón Mio... -le dije al oído. Esperaba que se tranquilizara.

Realmente logré tranquilizarme con sus palabras, sabía que no podía hacerle daño, ni en el peor de mis juicios. Me quedé en silencio, aún preguntándome como se encontraba, puesto que antes había caído al suelo.

Cerré mis ojos y suspiré, me sentía algo cansada, habíamos luchado bastante y de seguro el estaba peor que yo -Gracias...Zero- susurré agradeciendo sus palabras anteriores para quedar dormida, sabía que él también necesitaba descansar y no quería darle más preocupaciones.

Estábamos los dos en el suelo frente a la discoteca. Ambos manchados en sangre y Mio se había quedado dormida. Suspiré y como pude me levante con ella en brazos y crucé la calle que nos separaba de un pequeño parque.

Al llegar hasta allí me senté en una banca y sin soltarla la apoyé en mis piernas , no quería que se despertara. Yo por mi parte, tenía una lucha mental , esa molesta voz en mi cabeza me decía tantas cosas a la vez que ya no podía entender nada y sobre todo , la poca fuerza que me quedaba se agotaría en cualquier momento.

Cerré los ojos entonces , acariciando levemente el rostro de la chica que en mi regazo.

¡Vete! ¿que haces con una vampireza! Silencio... ordené a la voz de mis pensamientos y traté de recuperarme de todo lo que había pasado.

Aparecí en el bosque, estaba soñando, pero aún no lo sabía. La luna estaba oscura, tapada por las nubes y el ambiente se notaba extraño.
-¿Dónde estoy?- susurré mirando mis alrededores; noté la presencia de vampiros y comencé a correr por entre los árboles...el lugar parecía ser eterno.

Al final del camino de árboles pude distinguir un silueta, un chico de cabellos alborotados, parecía parado sin vida alguna y una chica estaba a su lado. En un rayo se iluminó el rostro de ambos. La chica era vampiresa y al parecer estaba mordiendo a ¡Zero!. Corrí para acercarme y vi caer al peliblanco; enfurecida me volteé a ver a ese terrible monstruo que le había hecho daño y me sorprendí al verme como si estuviera frente a un espejo.
Era yo, toda manchada de sangre...de su sangre. Me desesperé, le había hecho daño; comenzó a dolerme la cabeza y me di cuenta de que era un sueño; pero estaba tan profundamente dormida que mis suplicas por despertar no hacían cambio alguno.

Me había quedado dormido, no muy profundo pues aún temía que algún vampiro viniera y nos atacara. Seguía con la mano acariciándole el pelo a Mio, luego noté que ella se sobresaltaba.

-Mio.. -dije y le aparté un mechón del rostro, ella fruncía el seño y parecía asustada como en una pesadilla - Mio.. mio despierta -le dije , pero ella parecía que no oía lo que le decía. No supe que hacer para despertarla más que esperar que oyerá mis palabras.

Al escuchar en pequeños susurros la voz de Zero desperté algo sobresaltada, y me di cuenta de que estábamos en una banca cercana a la discoteca, o mejor dicho enfrente.

Estaba acostada sobre las piernas del chico, pero me quedé en esa posición; recordando el sueño reaccioné instantáneamente en un pequeño juego de mente -¿Estás bien?- las cosas de mi sueño y la realidad se habían mezclado provocando que haga aquella pregunta.

Levanté una ceja sorprendido ante su pregunta - En realidad, sería yo quien tiene que preguntar eso -le respondí - Pero... si, no ha pasado nada -miré al frente, al parecer habíamos estado fuera mucho tiempo, pues a lo lejos se distinguía que el sol empezaría a salir, cinco treinta calculaba yo - Mio... si estás bien, es mejor ir al instituto a descansar... -suspiré -Se supone que yo tengo clases... en un par de horas -sonreí mirándola y reí ante eso último.

Me senté en la banca ante su pregunta -Tienes razón- dije con una sonrisa -Tienes clases, y además debes mantener una buenas notas- bromeé con una pequeña risita para luego pararme. Extendí mi mano -¿Vamos?.

Estaba bien, comenzaba a bromear y eso me dejaba mas feliz y tranquila...un sueño, solamente un sueño.



Lo quiero y debo admitirlo