Viejos, nuevos y futuros momentos (Zero y Mio)

Caminaba por la playa, ya que era un día bastante caluroso. A pesar de que debo cuidarme del sol, quise salir igual a ver el mar y el mejor momento para eso era la tarde. Llevaba mi traje de baño debajo de un vestido algo holgado, perfecto para el calor.

Detrás mio, con pasos torpes, caminaba mi pequeño gatito negro Eru, el cual no estaba muy de acuerdo con haber venido a la playa. Decidí sentarme y Eru se sentó a mi lado. De un gran estuche saqué mi guitarra y mirando al mar comencé a tocar, sabiendo que nadie me vería.

-Esto es tan relajante- dije siguiendo con la música que entonaba mi guitarra.

Hacía calor en mi habitación , yo debía estar en clases y no había ido. Nisiquiera entendía del todo mi estancia en ese instituto y lo que había pasado hace apenas unos dias con Mio me había dejado algo agotado y también confundido. La fuerza que gastaba mi blody rose en ocaciones no se recuperaba tan fácil, asi que pensé en ir a nadar un poco, salí y me dirigí a la playa, esperaba un lugar vacío para poder pensar , pero mi sorpresa fue grande al oir una leves melodias de guitarra.

Caminé un poco más y noté a cierta pelinegra y junto a ella un gatito negro. Sonreí instintivamente y me le acerqué lentamente sin hacer ruido para que no detubiese su melodía. Era tan tranquilizador aquello.

Seguí con la melodía hasta que llegué al final; suspiré y sentí una pequeña presencia detrás mio -¡Zero!- dije sonriente mirando atrás mientras hacía un pequeño gesto para que sentara en la arena, la cual era muy reconfortable.

-Pensé que estarías en clase- agregué al meditar un poco.

Eru se acercó a él y comenzó a morder su pantalón, como si fuera un perro, lo que hizo que tuviera que agarrarlo con mis manos y sentarlo en mis piernas luego de regañarle.

-Preciosa melodía -le dije cuando terminó de tocar y seguido me senté a su lado y reí al notar lo que su pequeño gato había hecho -¿Clases ? -dije algo dudoso recordando eso - No me sentía bien para asistir -le dije y le miré sonriendo mientras miraba al miníno en sus piernas . -¿Es tuyo? -pregunté entonces.

-Si, su nombre es Eru- sonreí y le miré -¿Ahora como te sientes?- pregunté recordando el por qué se sentiría débil y cansado.

El mar y el viento es el mejor remedio para el cansancio recordé esas palabras que mi madre solía decirme luego de una pelea...siempre me llevaba a la playa cuando se encontraba débil.

Tomé al gato entre mis manos y lo levanté a la altura de mi rostro, extrañamente me gustaban mucho los gatos, más aún los negros - Eru ¿eh? -pregunté mirándo los ojos de minino y riendo de forma infantil para luego mirar a Mio - Ciertamente, no me he recuperado del todo... -le dije y suspiré - ¿Sabes cómo funcionan las armas de un cazador? -le pregunté para luego poner al gato en mis piernas mientras este lanzaba un pequeño maullido.

-Sinceramente, no se como funcionan, siempre me dieron algo de susto- dije mirando como tomaba a Eru en sus manos, parecía agradarle al minino; esperaba su explicación, ya que me había dado curiosidad...nunca supe que las armas hacían que se sintiera tan débil.

Siempre me dieron algo de miedo, eso era real...armas como las guadañas, las pistolas, las katanas eran las que habían atacado a mis padres y me habían dejado con esa sensación de inferioridad ante ellas.

-Oh.. pues , las armas de los cazadores fueron hechas a partir de la sangre de uno de los primeros vampiros sangre pura, tengo entendido que la heredera del clan Okada, Kanade entra en nuestro instituto ¿cierto? -le pregunté y sin esperar su respuesta continué- Fue un miembro antiguo de su clan quien mató a ese sangre pura y creo las armas forjadas con su sangre , pero estas armas solo pueden ser usadas por algunos miembros de ciertas familias de cazadores... -hice una pausa y seguí acariciando el suave pelaje del gato en mis piernas - Estas armas "absorben" energía del cazador que los usa... un ej sería mi blody rose, cada bala que uso se lleva un poco de mi energía vital -hablé poniéndome serio - Y la otra vez usé demasiadas balas, por eso trato de que mi puntería sea perfecta , desperdiciar un tiro puede ser mi muerte, pero esa noche mi concentración desapareció y me puse a disparar a lo loco...

-Entiendo...- dije mirando hacia el mar -Entonces por eso estabas tan cansado- agregué sonriendo levemente al notar como acariciaba a Eru -Le caes bien-solté entre pequeñas risas.

Me llamó la atención uno de sus comentarios -Kanade...sabía que su clan era especial, pero no sabía que era para tanto- hablé a mi misma, pero en voz alta. Recordaba muchas cosas con ella -Con ella pasó algo parecido que contigo...estaba con Kanade la primera vez que bebí sangre de vampiro- dije sin pensar.

-Oh.. . no conozco mucho de ella, pero he de decir que da un poco de miedo -le dije y me rasqué la cabeza algo avergonzado ante eso que acabo de decir y luego me encerié al oir lo de la sangre- ¿No te hizo daño ella? La conozco y se que es muy despiadada -hablé algo confuso pues según entendía ella tenía un profundo resentimiento hacia los vampiros.

-No me hizo daño...llegué a creer que ella podría ser mi amiga- suspiré con una sonrisa en el rostro, recordando aquello -Ella me hizo reaccionar cuando creí que mi auto control había llegado a su fin, así que le estoy muy agradecida- agregué.

Nuevamente miré al mar, y el día estaba comenzando a volverse más caluroso -¿Qué te parece si nos metemos al agua?- susurré ya que realmente hacía mucho que no me metía al mar y se extrañaba.

-Me parece una grandiosa idea -le dije. Seguido me levanté y una idea loca cruzó mi cabeza , me incliné hasta donde ella estaba y sin mucho esfuerzo la jalé y la levanté en brazos - Te llevo... -le dije riendo algo alto y noté el desconcierto en su rostro mientras oía también como el gatito a nuestro lado maullaba.

-¡Kya!- un pequeño gritito salió de mi boca al notar que me alzaba en brazos. No pude evitar reír alto ante eso, era divertido y estaba feliz.

Me llevó hasta donde el agua llevaba hasta la cintura y, sin importar que me mojara todo el vestido, me metí bajo el agua y en un acto travieso nadé hasta llegar a su espalda y con una ola lo empujé para que él también se mojara completamente. Yo no dejaba de reír al ver su expresión todo empapado de los pies hasta el cabello.

La llevé hasta donde el agua nos llegaba a la cintura más o menos hasta que sentí que ella me empujaba y yo quedaba completamente empapado. Reí ante aquello y una mirada algo perversa cruzó mi rostro - ¿asi que esas tenemos ? -le dije acercándome a ella y luego volviendola a tomar en brazos para hacerla girar en circulos buscando que se mareara.

Luego de poner una sonrisa perversa, Zero comenzó a hacerme girar en el agua tratando de marearme, aún así yo no podía parar de reir...era la primera vez que me reía tanto en todos los años que había vivido.

En un rápido movimiento logré soltarme de su "ataque" y le lancé un poco de agua en la cara -Creo que esto es la guerra- reí mientras seguía lanzando agua.

-¡Pues entonces guerra! -dije y le lancé más agua, salpicándola más . Entonces , luego de seguir así varios minutos me sumergí bajo el agua nadando un poco hasta alejarme más de ella.

Al alejarme un poco más saqué la cabeza y traté de hablarle- Mio! ven... el agua está genial por esta zona -le dije esperando me siguiera.

Hubo unos minutos de guerra de agua hasta que el se sumergió en el agua y se alejó. Nadé hasta donde estaba él, ese lugar era más profundo y el agua me llegaba casi hasta el cuello, pero a él al pecho.

-Aquí está mejor, no hay olas y el agua esta más tranquila...aunque es un poco profunda- sonreí mirando hasta que punto me llevaba el agua.

Eru estaba en la orilla, acostado sobre la arena cuidando de mi guitarra, parecía estar cómodo ahí, así que no me preocupé.

Miré a mi alrededor y luego a ella, todo estaba demasiado tranquilo y el agua era muy relajante, me le acerqué y luego tomé una de sus manos como invitándola a seguir nadando un poco más adelante - Vamos... hay mucho que explorar -dije con un tono de voz divertido esperando que ella también me siguiera en el agua.

Lo seguí hasta que nadamos a un punto donde no hacía pie. El agua era relajante y todo estaba tranquilo; se veían los pecesitos nadando en el agua y eso me hacía reír cada vez que pasaba uno.

Me agarré más fuertemente a él puesto que mis pies no tocaban el fondo, nunca había visto un lugar tan inmenso y estaba totalmente relajada, me sentía bien, tranquila, feliz...

Nadamos un poco más, al meter la cabeza bajo el agua podía ver los peces pasar y eso parecía causarle gracia a Mio ,sonreí interiormente y luego paramos , noté que habíamos llegado a lo que parecía ser otra orilla.

Decidí que sería bueno explorar y ambos salimos del agua y nos encontramos en ese lugar.

-Oh.. no creí que llegariamos tan lejos -le dije a la chica mientras alborotaba mis cabellos.

-Nadamos bastante- dije sonriendo mientras salíamos por la otra orilla. Noté que mi vestido estaba empapado, no me había dado cuenta que el día estaba comenzando a nublarse, pero no le di importancia -Que divertido, ¿Verdad?- agregué mirando el agua ir y venir de la orilla.

Habíamos nadado mucho y eso podía dejar agotado a cualquiera, me senté en una roca, puesto que no quería mezclar la arena con el agua en mi vestido; cuando noté que unas gotas comenzaron a caer -Oh oh- dije mirando al cielo mientras las gotas caían. Pasó de ser un día caluroso a levantarse el viento y tornarse helado -¿Qué haremos?.

Sentí que unas escasas gotas caían en mi rostro y luego estas vinieron seguidas de muchas más -¡Genial! -medio grité yendo hasta donde estaba Mio -Vamos , quien sabe si más adelante no hay algún lugar donde refugiarnos -le tomé la mano y ambos caminamos hasta lo que sería la vegetación del lugar, entonces la lluvia empeoró y pude divisar una ¿cabaña? -Mira mira, una cabaña podemos entrar para refugiarnos! -le dije y empezamos a correr hasta allí.

Divisamos a lo lejos una cabaña y nos quedamos en la puerta, la cual toqué para ver si la cabaña estaba ocupada por alguien, pero al parecer estaba vacía. La puerta se abrió y el interior de la cabaña estaba lleno de enredaderas, plantas, y flores que nunca había visto.

-Esto parece una jungla en miniatura- susurré mirando a Zero; aún así, el lugar parecía confortable, había sillones, mesas, una cocina, tal como una casa normal pero sin habitantes -Es demasiado extraño, ¿No?

-Mucho -dije extrañado a medida que entrábamos al lugar.

Todo estaba lleno de plantas y flores extrañas y yo sentía como si todo traería algo malo. -Nunca había visto este tipo de plantas -le dije a MIo aún con extrañeza, y como siempre la curiosidad me ganó y me acerqué y aspiré el aroma de una flor que había de paso tocando el tallo del cual logré cortarme con una especie de espina. -Eso.. dolió -dije y luego miré a la chica que me acompañaba y entre ello algo borroso a mi alrededor.

Me senté en un sillón cercano tomándome la cabeza. Parecía que todo se obscurecía.

Noté como Zero tocaba una flor que al parecer tenía una espina -Oh, ¿Estás bien?, iré a ver si hay alguna venda en el baño- subí por las escaleras tratando de no tocar ninguna de las plantas que estaban allí hasta que llegué al baño y raramente había un botiquín de primeros auxilios.

Cuando bajé las escaleras con la caja, vi a Zero en el sillón tomándose la cabeza; me senté a su lado -Ey, Zero Zero, ¿Estás bien?- pregunté ya preocupada.