Necesito volver a tu lado...(Kanade, Zero, Mio, Sasuke)

Adentrada en el bosque, golpeé los árboles una vez más con los brazos y las piernas. Ya habían pasado dos días de aquel terrible suceso en el que desperté y yo estaba a salvo...pero sabía que Zero y Kanade seguían allí en aquella casa. Solté ambas espadas que tenía en las manos; las había conseguido al infiltrarme ayer en la mansión de mi clan de vampiros, durante la mañana ya que estaban todos dormidos ni uno se dio cuenta de ello.

Ambas espadas eran especiales, una tenía su mango plateado y la otra dorado "Sol y Luna", "Taiyou to Tsuki" era el nombre que se le había puesto cuando las hicieron, el cual desde mi punto de vista, era perfecto.

Durante dos días había estado perfeccionando mi uso con ellas, y había conseguido bastante buen resultado a pesar de ser poco tiempo. Estaba lista para ir a buscar a ambos cazadores -Solo esperen, ya vamos a ayudarlos- susurré para luego llamar al chico que me acompañaba, el cual estaba en otra parte del bosque, entrenando al igual que yo.

-¡Sasuke!- llamé y al ver que llegaba a donde yo estaba, cruzamos mirada...él también estaba preparado para ir. Me coloqué las espadas en la espalda, de forma que estas queden cruzadas y corrimos hacia donde sería la mansión; para poder infiltrarnos.

Ya vamos...Zero, Kanade

Estaba en el dojo familiar, mi ropa estaba completamente andrajosa y manchada con sangre de lo que había pasado hace dos días más la mía propia pues había sido victima de tortura. Física y psicológica.

Ahora estaba de rodillas en medio del dojo del clan , tenía encadenadas las manos y mi mirar fijo al suelo. Mi abuelo caminaba frente a mi con un mirar lleno de odio. -No se te entrenó para ser amiga de un par de vampiros -repitió por milésima vez en ese día - Repite el propósito de un cazador! -exigió enojado deteniendo su andar frente a mi .

-Hazlo! ¡Exterminar a todo vampiro! -dijo el con voz enojada - Kanade dilo -yo guardé silencio, no iba a repetir ese cuarteto de palabras nunca más - Nunca se había visto... un cazador enamorado de un vampiro... ¡es una deshonra! -exasperado mandó a traer a Zero. El estaba en las misma condiciones que yo.

Su mirar estaba apagado, carecía de algún brillo. La mia no distaba mucho de la suya. Ambos habíamos sido victimas de horas de diferente tipo de trato.

Corrí junto a Mio hasta la mansión, cuando llegamos a la puerta de atras -Por donde entramos- susurré mirando a la chica, la cual estaba buscando un lugar por el cual podamos entrar, cuando su mirada se llenó de brillo al ver un pequeño agujero en el que yo cabría pero por muy poco.

-¿La ventila?- ella abrió el lugar dejando ver un largo "pasillo de metal". Deslizamos nuestras armas y nos metimos allí dentro donde nos fuimos arrastrando lentamente sin hacer el mínimo ruido.

Ahí fue cuando escuché la voz de aquel viejo gritándole a la chica -Kanade...- susurré para ver a Mio abrir una pequeña puerta igual a por donde habíamos entrado. Saltamos de allí y terminamos en un lugar que conocíamos bien...aquel calabozo donde habíamos estado los cuatro hacía dos días.

Mio dejó que sus ojos se pusieran rojos y yo imité ese movimiento -No hay nadie- dijo ella para luego seguir caminando hacia donde estaría el dojo.

Yo estaba encadenado , de lo que sería el uniforme escolar ya mi camisa blanca estaba toda rasgada y manchada en sangre, más en la espalda pues sus castigos eran sumamente fuertes. Kanade no estaba muy lejos de lo que yo estaba respecto a apariencia toda llena de sangre y heridas.

-¿No tiene compasión de su propia nieta? -mascullé enojado levantando el rostro apenas -¡JAMÁS SE ENSEÑÓ A UN CAZADOR A SER COMPASIVO! -oí la respuesta y callé lo sgte que tenía que decir.

Si tan solo tuviera mi blody rose... pensé pero automaticamente la voz de la razón me habló ¿que harías, no tienes energía para usarla?

-Si no aceptan su deber como cazadores... -sonrió malignamente -Esta noche será su ejecución -dijo y se sentó otra vez en posición de loto frente a nosotros - Solo diganlo... el deber de un cazador es... -dijo mirándonos a ambos. - ¡JAMÁS! -dije fuerte con las últimas fuerzas que quedaban en mi.

Kanade seguía allí, con el mirar fijo en el suelo. Ambos estábamos esperando el final pues esperanza ya no teníamos. Mio. . . solo espero estés bien pensé entonces. Me mortificaba el hecho de ya no poder volver a verla.

Escuché con terror y enojo las palabras de aquel viejo Esta noche será su ejecución solo con oír eso, volví a treparme a la ventilación, esperando que Sasuke me siguiera -No podemos pasar por ahí, así de fácil, tendremos que saltar al dojo- susurré mientras me arrastraba por aquel lugar de metal buscando un lugar flojo.

Ahí, llegué justo al centro del dojo, donde había una parte abierta de la ventilación. Si no interveníamos rápido iban a seguir haciéndoles daño; salté de la ventilación quedando justo enfrente a los cazadores y justo enfrente de Ichiro, puse el filo de una de mis espadas en su cuello -Vuelves a tocarlos, y el ejecutado serás tú- miré a Sasuke el cual con su katana acabó de un solo golpe a todos los cazadores que rodeaban a los chicos y se acercó a Kanade, habíamos entrenado para todo esto...definitivamente nos iríamos de aquí los cuatro.

Sin salir de mi posición, giré mi vista y miré a Zero para sonreirle dulcemente, yo estaba muy feliz de poder verlo nuevamente.

Interiormente estaba maldiciendo todo lo que pasaba. Fisicamente estaba impedida para pelear con esas cadenas sujetándome, las heridas en mi cuerpo eran varias y dolían pero no serían nada cuando estubiese libre yo misma acabaría con cada uno de los que se había atrevido a tocarnos a mi y a Zero. Y así con esos pensamientos en la cabeza un ruido proveniente de la ruptura del techo sonó haciendo que yo levantara el mirar.

-Sasuke...-susurré sorprendida al ver al chico eliminar a los que nos mantenían vigilados. Por alguna razón yo estaba feliz de que ambos , Mio y Sasuke hubieran venido a rescatarnos pero en un momento fruncí el entrecejo -¡VAMPIRO IDIOTA! -dije mirando al pelinegro y luego a Zero que al parecer había entendido mi punto ¿No se suponía que nosotros nos habíamos quedado aquí para que ellos nunca más pisaran este lugar? -¿Por que vinieron? ¡Vallanse! -exigí y lás lágrimas comenzaron a salir de mis ojos. Admítelo... te da gusto que él te hubiera venido a rescatar...

Sonreí ante lo que escuché de la boca de Kanade y miré a Mio, que sonreía al igual que yo -Al parecer estás igual que siempre- dijo la pelinegra riendo y yo me acerqué a la cazadora -¿En serio creiste que te dejaría aquí?- le miré a los ojos y desaté sus cadenas.

Aún desatada no la dejé hacer ningún movimiento, levanté su rostro y sequé sus lágrimas -Por ti es que soy así de idiota, tu tienes la culpa por volverme tan loco- me acerqué a ella y junté mis labios con los suyos, noté lo sorprendida que la había dejado con eso; reí interiormente.

Luego me separé nuevamente y me paré, mirando a Kanade y luego a Mio, la cual le dio una patada al viejo y se acercó a Zero para desencadenarlo.

Me sorprendí demasiado por todo. De la nada habían llegado Sasuke y Mio a "rescatarnos" suspiré pesado ante las palabras de Kanade, pues en cierta forma tenían demasiada razón ¿que hacía ese par aqui? Pero no pude evitar reir interiormente ante lo que el chico de ojos negros hizo despues. Kanade se había quedado sin habla.

Dejé eso a un lado y me centré en Mio ,ella había puesto una espada en el cuello del viejo cazador y luego le dió una patada en el estómago para hacerlo caer de rodillas y luego acercarse a mi y desencadenarme. -No debiste venir... -susurré pero no pude evitar abrazarla fuertemente por un momento. Como si ella hubiera sido lo que más habia extrañado por esos dos últimos dias. - Te extrañé demasiado... -dije formando una sonrisa.

-¿Qué creen que harán? -la voz del viejo se oyó , el estaba de rodillas en el suelo. Y luego una risa algo sádica se escapó de su boca - ¡Vinieron justo cuando yo lo esperaba más! -gritó y entonces entraron al lugar una docena de cazadores con katanas mirándonos desafiantes. -¿creen que se irán tan fácil?

Correspondí a su abrazo -No iba a dejarte aquí- susurré contestando a lo que decía anteriormente. Luego de eso, me paré y tomé nuevamente ambas espadas, era la primera vez que las usaría para una pelea concreta -No creo que sea fácil, pero que nos iremos, nos iremos- afirmé levantando la cabeza para mirarlo fijamente.

Luego de eso miré a Sasuke, no podíamos dejar que Zero o Kanade pelearan, puesto que se encontraban demasiado débiles y no tenían fuerzas de nada. Comenzamos con todos los cazadores que nos rodeaban con katanas...eran muchos, pero estábamos acabando con ellos de a poco.

Luego, Ichiro hizo un gesto de que pararan y se acercó a nosotros cuatro y sonrió maliciosamente, fijando su vista en nosotros...vampiros.

Yo apenas podía mantenerme en pie y ver a Sasuke y Mio pelear era tan frustrante. Miré a Zero él estaba igual o peor que yo, ambos nos estábamos tragando nuestro orgullo pues el hecho de no poder ayudar era desesperante. Pero algo pasó que hizo que Ichiro parará a sus cazadores y estos rapidamente asintieron y se pusieron tras del viejo.

Y entonces yo sentí como si mi respiración parara por un momento -¡DEJA MI KUROYAMI! -grité atrayendo la atención de todos los presentes pues mi abuelo había sacado a kuroyami, esta aún estaba en su forma de vara y al menos eso debía darme un poco de tranquilidad pues solo yo podía darle su forma de guadaña o eso creía... -No.. -susurré y note lo que pasaba el lo había hecho, mi kuroyami habia tomado su forma de guadaña y estaba produciendo electricidad alrededor de él

-¿Te sorprende? Esta guadaña era mia en su tiempo... luego pasó a tí pues fuiste la única con capacidad de usarla -habló el viejo mirándonos a todos de forma desafiante. Yo me encaminé a un lado de Sasuke y miré al piso pues yacía allí una katana , como pude la tomé y la empuñe -Pues si usarás mi arma... me toca recuperarla -dije decidida con las voces de mi cabeza atormentándome... yo no tenía fuerzas para pelear y solo era el hecho de ser tan orgullosa lo que me mantenía en pie.

Kanade no podía pelear...Ichiro había tomado la Kuroyami, y ella quería recuperarla, pero estaba muy debil -Kanade, no puedes...- traté de hablarle, pero hizo caso omiso.

Me acerqué al viejo y traté de que soltara el arma; con mi katana le hice un pequeño corte en su mano pero eso solo provocó que la electricidad vaya hasta mi cuerpo -Ya sabes, que esto es contra vampiros, con solo tocarlo puedes morir- agregó aquel hombre con esa típica sonrisa maléfica y se acercó a Kanade, la empujó haciendo que ella caiga al suelo dandole un toque de electricidad, dejandola sin poder moverse. Al corto movimiento, hizo lo mismo con Zero.

Luego de eso, transformó la Kuroyami en vara, y se acercó para tomar la Bloody Rose, que al parecer la tenía él -Ahora les tocará a ustedes- agregó disparando a la pared que estaba justo en medio de Mio y yo.

-Los vampiros son una raza repugnante, ya tendrían que dejar de existir- ninguno de los cuatro nos podíamos mover, si los vampiros nos movíamos el hombre dispararía y los cazadores estaban totalmente inmovilizados.

-Lá única forma de que salgan de aquí será muertos -habló otra vez. Yo estaba en el suelo a un lado de Mio , me enfadé más al notar que apuntaba a ambos vampiros con mi blody rose. Ahora comprendía lo que Kanade sentía al ver como tu propia arma era apuntada hacia lo que más querías.

-¿Cómo nos libraremos de esto? -pregunté a Mio quien yacía a un lado mio con sus dos espadas en las manos -Si nos móvemos...nos dispara -dije y fijé mi vista en la cadena que colgaba de mi blody rose. Estaba justo al alcance de Mio. Si tan solo ella pudiera alcanzar la cadena y quitarle el arma...

Noté que Zero miraba la cadena de la Bloody Rose colgando. Medité un buen rato y miré al chico, entendiendo lo que estaba pensando...pero ¿Cómo iba a hacer para tomar la cadena?.

Pensé por un buen rato y en un movimiento rápido enganché mi mano a la cadena, para tirar de ella; ahí fue cuando sentí un fuerte dolor en el hombro, me había disparado pero yo había logrado sacar el arma. Puse la mano donde estaba la herida, vi caer la sangre, pero no me importó; con la otra tomé la Bloody Rose -¿Sigues creyendo eso?- dije mirando con una sonrisa algo maligna en mi rostro mientras le apuntaba a aquel viejo tan molesto.

No puedes hacerlo decía mi mente, no podía matarlo, porque yo no tenía aquel derecho...eso si alguien lo hacía, lo tenía que hacer Kanade...aún así no bajé el arma.

Kanade seguía sin poder moverse y Zero también; eso se me hacía preocupante ahora.

Al ver que disparaban a Mio me enojé más y no pude evitar tomar una de las espadas que estaban a un lado mio y tratar de levantarme pero fue en vano. Eso me hizo sentir inútil -¡Bastardo! -mascullé tensando mi mandíbula mirándo al viejo.

Este hizo un movimiento haciendo que kuroyami se formara como guadaña nuevamente y noté como Kanade se enojaba nuevamente y sus ojos brillaban como si otra vez perdiera la razón -No saldrán de aquí -dijo el viejo con la electricidad alrededor de él y tratando de acercarse a Mio y Sasuke -No te atrevas a hacer algo -dije -Mio... si intenta algo dispara -Kanade habló pues no podía moverse más que yo.

Todo era tan complicado.

Asentí con la cabeza ante las últimas palabras de la chica -Vampiresa inútil- dijo aquel hombre enojado al ver que yo le había sacado el arma.

Comenzamos a pelear; dejé colgando de mi brazo la Bloody Rose y tomé una de mis espadas, Sasuke tomó su katana y ambos fuimos en contra a Ichiro. Las tres armas chocaban y lanzaban la electricidad de la Kuroyami, yo por mi parte el tener tan cerca la Bloody Rose me había hecho perder la razón y mis ojos se habían vuelto rojos...al parecer a Sasuke le pasaba lo mismo.

-No dejaremos que les hagan daño- exclamé para comenzar a hacer pequeños cortes con mi espada en el cuerpo del viejo, hasta que cayó al suelo. Sasuke y yo estábamos a punto de dar el golpe final...Ichiro estaba en el suelo lastimado, no tenía escapatoria...

-¿Ustedes realmente piensan que con lo que están haciendo ayudan a ellos dos?- dijo señalando a Zero y a Kanade -Por su culpa ellos estan así, lastimados- mis ojos comenzaron a volver a su color normal, el hombre sonrió maliciosamente al ver que sus palabras hacían efecto -Si ustedes estarían muertos en este momento, ambos cazadores podrían vivir en paz...¡Si ellos no los hubieran conocido, seguirían siendo considerados los mejores, y ayudados por todos! ustedes están haciendo que ellos caigan en un hoyo sin fondo del que pronto no podrán salir- agregó Ichiro. Con esas palabras sentí un ardor en el pecho Tiene razón dijo mi mente y si, tenía toda la razón.

Sasuke se quedó petrificado sin hacer ningún movimiento y yo, caí al suelo de rodillas, dejando caer algunas de mis lágrimas; me tomé la cabeza y recordé muchas cosas Otra vez...resulto ser una carga, una carga inútil, caigo con simples palabras, por ser una vampireza.

Tenía miedo, y si Zero se retractaba con las palabras de aquel hombre y...¿Si el no querría volverme a ver? Tendría razón; todos esos pensamientos me destrozaban poco a poco.

Sasuke y Mio comenzaron a pelear contra el viejo. Las tres armas chocaban y la kuroyami de Kanade echaba chispas pues la electricidad era mucha. Ambos vampiros iban ganando produciendo cortes al cuerpo del abuelo de la cazadora hasta hacerlo caer de rodillas al suelo.

Y comenzó con sus juegos mentales, esos juegos que caracterizaban al clan Okada. Sentí como si todo fuese dudoso ¿Por qué estaba yo ayudando a los vampiros? ¿No me había prometido yo acabar con esa raza por la muerte de mis padres y el secuestro de mi hermano? Mi mente me gritaba tantas cosas a la vez que ya no sabía a quien debía oir.

Mio se tumbó al suelo, con lágrimas cayendole por su rostro. Sasuke estaba estático, ambos vampiros parecieran esperar las palabras de kanade y mias.

Miré a mi alrededor y luego a mi. Todo sucio y herido... tal vez... ¿Qué estás pensando? ¡No puedes dudar de ellos dos! una voz entre el montón saltó y yo miré a Mio. ¡Como podía dudar de lo que sentía por ella! ¡Yo no la dejaría jamás! Ahora ella era tan importante para mi como el aire que respiraba.

Entonces dudé otra cosa ¿Qué pensaría Kanade? Ser considerado el mejor en algo... tener el respeto de todos era algo que incluso a mi me hacía dudar.

Al escuchar las palabras de aquel hombre, no pude evitar sentir que mi mundo se derrumbaba y que mi pecho se oprimía. Miré a Mio, la vi arrodillada en el suelo, pero no podía pensar...¿Por qué?

¡Tal vez, porque tiene razón! habló la voz de mi mente, era cierto, él tenía razón si nosotros no existiéramos...

Aquel viejo siguió hablando -Piénsenlo- dirigió su mirada a los cazadores -Todavía tienen oportunidad de no perder su reputación...de ser los mejores- agregó y yo no intervine, si eso iban a hacer, tenían toda la razón -Si vuelven conmigo y hacen que estos vampiros mueran...¡Volverán a ser libremente felices cumpliendo con su deber, vengando a sus familiares!

-¡Volverán a ser libremente felices cumpliendo con su deber, vengando a sus familiares!- oí esa parte de las palabras de mi abuelo y entre el montón de voces que me atosigaba constantemente, una, esa voz que usualmente yo trataba de ignorar por ser la que usualmente tenía razón habló ¿Olvidas a tú madre? abrí los ojos , no era por sorpresa... si no por que me había dejado vencer por las voces de mi cabeza. ¿Qué pasaría con Sasuke?... otra voz tomó el control entonces ¿No te habías enamorado de él? Cazadora piensa bien lo que harás... tal vez tú padre querría esto pero ¿tú que quieres? cerré los ojos pero antes de hacerlo vi la sonrisa en el rostro de mi abuelo.

-Lo siento...-susurré con la última pizca de razón en mi voz. Yo estaba agotada tanto fisica como mentalmente y con los juegos mentales que mi abuelo había usado facilmente había caido. Me levanté y caminé hasta donde estaba el viejo pasando por un lado del chico de ojos negros, mis ojos estaban cerrados me agaché y quedé a la altura de Ichiro y lo levanté con pesades . Este me entregó a Kuroyami y yo abrí los ojos entonces.

-Exterminar a todos los vampiros -dije el propósito que inspiraba a un cazador y la electricidad comenzó a correr alrededor mio con libertad , miré a zero y hablé -¿Qué esperas? -sonreí con esa sonrisa sádica en mis labios

Adios Kanade .... ahora solo quedaba Tenshi...

Miré a Kanade ir para con Ichiro, el cual le daba a Kuroyami; su sonrisa sádica apareció y yo me sorprendí un poco...pero realmente esperaba que pasara esto. Miré a Zero y luego de eso se apagó mi mirar. Aquel hombre siguió hablando y yo no dije palabra alguna.

-Zero...recuerdas quienes mataron a tus padres, ¿Verdad?- dijo con un toque de falsa dulzura -Si vienes conmigo, ellos estarán orgullosos de tí, cumplirás con tu deber- agregó -Olvídate de todo lo malo que pasaste cuando la conociste a ella- me señaló -Y solo recuerda una cosa...Es un vampiro- concluyó.

Oí todo eso dudoso. Mis padres... mis padres me había entrenado para ser un cazador hasta que ellos habían muerto a manos de un vampireza. Entonces recordé todo, mi hermano, mi propósito de vida .

Caminé hasta donde estaban Ichiro y Kanade . -Mio, devuelveme mi blody rose -exigí con voz firme y enojada.
Ahora ya no había el Zero enamora de la vampireza...

Me entristecí al oír a Zero, pero al escuchar las palabras de Ichiro, comprendí lo que hacía. Dejé la Bloody Rose en el suelo y me paré justo al lado de Sasuke, con la cabeza gacha.

-Bien...- dije a Sasuke, el cual estaba igual que yo -Somos vampiros, ¿No?- ahí dirigí mi mirada a ambos cazadores, en especial a Zero.

Una parte de mi ser estaba destruida por dentro y otra me decía que me defienda...Defenderme...para eso tendría que lastimarlos y yo no lo haría.
Nunca

Mi mirada brillaba con intensidad y sonrisa retorcida salía de mi boca. Ya yo no era la misma del principio -

-Pues.. . -bajé el mirar y luego sonreí nuevamente -Es mejor que te defiendas vampiro -advertí antes de abalanzarme sobre sasuke y hacer chocar nuestras armas

Que haces? oi en mi mente un reclamo y un dolor en la cabeza me asotó pero no impidió que siguier peleando.

Mi arma chocó con la de kanade, pero no hice más que eso. Mi mente estaba en otra cosa, pensando en la chica; no me interesaba morir mientras ella estuviera bien y no se haga daño.

Apenas sentí chocar su arma con la mía caí sentado al suelo, y luego me volví a parar, sin desviar la mirada del suelo...esto iba a ser feo.

Observé luego con atención el rostro de Ichiro, desde mi punto de vista, él había salvado a la persona que más quería de mis manos, o mas bien, mis colmillos.

-¡QUE NO PIENSAS DEFENDERTE! -dije enojada mirándolo con mis ojos brillando más aún. -Es un vampiro ¿que esperabas de él? -otra vez oí los juegos mentales de mi abuelo y luego un dolor en la cabeza.

Pero entonces le miré allí y me enfadé mas -¡Maldita sea defientete de mi vampiro ! -exigí.

Miré a Zero, estaba a punto de abanlazarce a Mio

Miré a Kanade serio y firme. Solté mi katana dejándola en el suelo mostrando como respuesta.

No pienso hacerle daño

MIré a Mio, Zero estaba a punto de avalanzarse sobre ella, y eso también me preocupaba puesto que sabía que ella no se iba a defender tampoco. Volví mi vista a Kanade y suspiré -Haz lo que quieras, pequeña cazadora- la provoqué tratando de molestarla, para que ella termine con esto rápido.